El silencio y la invisibilización son estrategias de las instituciones para negar las violencias que administran y distribuyen entre las personas más vulnerables. De esta forma, se oculta la injusticia estructurada en torno a los intereses de grandes empresas y funcionarios corruptos. El trabajo infantil en Argentina crece y sus condiciones son, en todo sentido, un espacio de abuso y maltrato donde niños y niñas, ocupan jornadas laborales en tareas que repercuten en su salud, su bienestar y desarrollo de capacidades. Largas horas en talleres textiles o en el campo, expuestos a riesgos que afectan directamente sus posibilidades de vivir. El siguiente es una crónica, una reflexión crítica, acerca de esta realidad innegable, cada vez más visible, como es la explotación laboral infantil.
Por Pablo Lescano @fu_ser1928